Viaje a Islandia. Verano 2017(una vuelta en 10 días a la isla de"hielo y fuego")

Los viajeros:  Mari Carmen B. & Jesús  M. y Mari Carmen G. & Eduardo C.


       28 de junio.-Salimos sobre la 23 h. de Barajas. Llegada al aeropuerto de Keflavik de madrugada. (Allí mismo alquilamos el coche. Conviene hacer seguro contra daños por gravas) Hay hoteles en la salida del aeropuerto para descansar lo poco que queda de noche)


29 de junio.-Tras desayunar y comprar algunos víveres cerca de Reikiavik iniciamos la ruta  hacia el llamado Círculo de Oro, primero por la Nacional 1 y luego por la carretera  36 El parque nacional de Thingvellir es el punto donde coinciden y se separan las placas tectónicas de Euroasia y América formando una enorme falla con senderos visitables.



        De la 36 pasamos a la 365, 37 y 35:  El Geysir (nombre derivado del verbo islandés geysa, ‘emanar, erupcionar’), también conocido como El Gran Geysir, es el géiser más antiguamente conocido y uno de los ejemplos más impresionantes de este fenómeno en todo el mundo. Está situado en el valle Haukadalur(Islandia), ubicado en la colina Laugarfjal - 64º19´0.05.N..20º17´59.64´´´´W-, donde también podemos encontrar, 400 metros más al sur, el géiser Strokkur. El géiser erupciona en promedio cada 4 a 8 minutos, con una altura promedio de 15 a 20 metros, 

La palabra «géiser», que sirve para describir un tipo de fuente de aguas termales, deriva de Geysir.

Se puede  tomar picnic junto a zona de acampada. También hay restaurantes y cafeterías 



        Siguiendo  la 35  otros 10 km podemos visitar la primera gran cascada, la de Gullfoss.





Regresamos hacia el sur, por la misma 35 , dirección a la ciudad de Selfoss-. En la 35, unos 8 km antes del cruce con la 36, a nuestra izquierda visitamos Kerið, un lago llamativo en el cráter de un volcán. Cuando dejamos el coche y  nos dirigimos a verlo se nos cruzan en el camino, confiados y dejándose fotografiar: zarapito trinador, aguja colinegra  y chorlito dorado.





    Volvemos a la 35 hasta  enlazar de nuevo la 1. Circunvalamos la ciudad de Selfoss, pasamos el cruce de la 318 y unos 4 Km más tomamos a la derecha la carretera  secundaria Villingaholtsvegur y luego a la derecha la 308, para después de unos 2 km llegar  hasta el hospedaje de la 2º noche, en una preciosa granja, y hotel de 3 estrellas, con baño y cocina incluida, en Skálatjörn Homestay.. Poco antes de llegar vimos, al pasar, grupos de cisnes trompeteros. Así que tras dejar las maletas volvimos con nuestras cámaras. Eran casi las doce de la noche y había una luz de atardecer preciosa. En verano, y aunque no coincidimos exactamente con “el Sol de medianoche”, teníamos, si no llovía, más de veinte horas con sol y dos, tres o cuatro sin él, pero con mucha luz. Así que los que  para dormir necesiten la oscuridad no olviden llevarse  un antifaz, no suele haber cortinas ni persianas



    30 de junio.- Regresamos por la 308 , cruce a la izquierda y enseguida otro a la derecha para tomar la carretera Urriðafossvegur, que nos lleva en poco más de 4 Km hasta la cascada de Urriðafoss, donde asistimos a la pesca de un buen salmón. Desembocamos de nuevo en la 1 camino de Vik.



    Tras pasar los cruces de las 250, 251 y 254 ya podemos ver, a nuestra izquierda, nuestro próximo objetivo, la cascada de  Seljalandsfoss, esplendorosa y famosa por poder cruzarla por detrás.



    De regreso a la 1, pasaremos los cruces de la 242 y 243, y tras librar unas escarpadas colinas junto a la carretera se abrirá la llanura para dejarnos ver a la izquierda otra gran cascada, la de  Skógafoss, de impresionantes 60 m de altura, y con sendero y escaleras para poder visitarla en su parte superior.



    De nuevo en la 1, y tras unos 7 km tomaremos la 221, durante unos 5 Km para poder visitar el glaciar de Myrdalsjökull.. Este último tramo, como otros más, por una pista de tierra y gravilla, en teoría prohibida par coches que no fuesen 4 x 4, a tener en cuenta a la hora de contratar el coche


La próxima vez alquilaremos uno como este:

    Volvimos a la 1, visitamos la playa de Reynishverfi, con arenas negras y columnas de basalto. luego a dormir en   Vik. El peor de los alojamientos, y no era barato, por eso aquí sí que se podría aplicar aquel comienzo cervantino: "de cuyo nombre no quiero acordarme".


    1 de julio.- Tras el desayuno vamos al cercano acantilado de Dyrhólaey, donde podemos fotografiar frailecillo, fulmar y eider, así como las multifotografiadas agujas rocosas en el mar, junto a la costa.


    Luego junto a la carretera observamos llanuras de rocas volcánicas cubiertas por espesos mantos de musgos de más de 20 o 30 cm de espesor que ocultaban sus aristas redondeando sus superficies. Tan llamativas que nos entretuvieron por bastante tiempo


 En toda  la isla, en las praderas abundaban los altramuces en flor




    Y de nuevo en la 1 hasta tomar una secundaria de tierra por unos 5Km para visitar, y poder pisar el glaciar  Skaftafellsjökul. Espectaculares masas de hielos blancos y azulados que se alternaban en las morrenas por otros oscurecidos por las tierras arrastradas.. Dos placas en el lugar advertían del peligro de adentrarse en el glaciar y recordaban la desaparición de dos excursionistas entre sus grietas en años recientes






    Seguimos conduciendo. Junto a la llanura por la que discurre la carretera surgen de pronto, como de la nada, imponentes montañas volcánicas


Una parada para tomar café en una pequeña aldea con iglesia de tejado vegetal

    Más tarde llegamos a la espectacular laguna glaciar de Jökulsárlón, con sus icebergs desembocando en el mar,.Aparte de los hielos se pueden fotografiar barnaclas  cariblancas, charranes, gaviotas y eiders.. No pudimos estar todo el tiempo deseado porque se nos hacía tarde para poder hacer el check in en el alojamiento de esa noche. Otra bonita granja, y como todas aquí autosuficiente en energía geotérmica. La anécdota, a la hora del desayuno creímos  que el tetrabrik de leche del frigorífico estaba a nuestra disposición y la agotamos quedando sin ella  a su verdadera propietaria, otra huésped , una atractiva  y amable joven que la buscaba reiteradamente más tarde en nuestra presencia, y aunque  quisimos compensarla no lo acepto y no le dio importancia.





    2 de julio.- Al poco de salir nos topamos con un reno salvaje:


    Continuamos por la N-1 hacia el extremo oriental de la isla. Parada para el café de la tarde en Djúpivogur, un pequeño pueblo pesquero. Lo tomamos con tarta muy rica en una antigua nave de obtención de recursos de las ballenas que por aquí se cazaban, reconvertida ahora en un pub-cafetería. 

Y encontrando más cascadas


    Si veíamos a lo lejos dos puntos blanquecinos casi seguro eran cisnes, y si eran tres entonces eran ovejas, que por aquí  encontramos muchas, pero siempre en tríos familiares, nunca en rebaños

La N-1 y su saturado tráfico, (se podían contar con los dedos de una mano los vehículo que te encontrabas en un día) 


    Terminamos esta jornada llegando  al lugar donde dormiremos dos noches, al lado de la N-1, Stora Sandfell , unas preciosas cabañas de madera con todas las comodidades.

    3 de julio.- Por la mañana en la N-1 y  posteriormente la 94 para llegar al pueblecito costero de  Borgarfjörður Eystri. Antes en la ruta paramos a fotografiar una pareja de cisnes cantores con tres pollos.

    Pasados unos 2 Km  del pueblecito llegamos a otro pequeño puerto, y en él una colina repleta de puffins , además de fulmares y gaviotas, tan confiados que desde la escalera de acceso se pueden fotografiar a menos de dos metros. Y arriba un aguardo de lujo, (un “cinco estrellas” si cupiese esta clasificación entre los hides),  con múltiples ventanitas, con dos orientaciones, sillas, moqueta, y hasta calefacción, que se agradecía por el viento frio del exterior. En tan cómodas condiciones les dimos  un descanso a nuestras cámaras y aprovechamos para tomar los bocadillos del almuerzo.








    Por la tarde, durante el regreso paramos en una pequeña laguna, donde  se prestaban una hembra de colimbo chico y sus dos pollos. . Y muy cerca de ellos  un grupo de ánsares adultos, también con pollos.


    4 de julio.-  Tras despedirnos de nuestras acogedoras cabañas retomamos  la N-1,  una vez más, por supuesto, ya que circunvala toda la isla. 

Tras tomar la carretera 864 llegamos a la cascada Dettifoss, de impresionante tamaño, posiblemente la que mas agua vierte. Y que seguramente tiene mejor luz por la tarde.

    El regreso, casi una odisea. En lugar de  volver por la 864, seguimos adelante por la que parecía una ruta más corta, y nos metimos en la pésima y pesada  862, estrecha de tierra, super bacheada, encharcada y encajonada entre turberas. Con peligro al cruzarnos, increíblemente, con otros muchos vehículos. Poco antes de su final encontramos maquinaria pesada empezando a asfaltar este tramo, por lo que los viajeros en los próximos años no encontrarán esta dificultad.



    Por fin recuperamos nuestra querida N-1. Poco más tarde llegamos a zona muy fotogénica de tierras volcánicas y solfataras, en Hverir. . Allí también hay uno de los muchos lagos termales de la isla habilitado como piscina natural, de pago, (unos 34€/persona), y buen restaurante aunque un poco caro.



       Tras el almuerzo reemprendemos la marcha. Bordeamos el gran lago de   Myvatn , donde hay muchas aves estivales, pero demasiado lejos de las orillas para ser fotografiadas. Los muchos mosquitos nos ahuyentan pronto.

Poco antes de llegar al alojamiento de esa noche, al  pasar junto a un pequeño lago, Masvatn, observamos  cerca de la orilla un colimbo grande. Así que fuimos a soltar las maletas y regresamos con las cámaras. Con alegría logramos nuestro objetivo y también una serreta.

    El alojamiento de esa noche, en Laugar, es también en una granja que comparte habitaciones de lujo. Y fue el mejor de todo el viaje. Además con el más espléndido desayuno, incluido en el precio de las habitaciones,  servido por la familia propietaria. Un merecedor cinco estrellas.

    5 de julio.-   A unos 13 Km  de Laugar llegamos al parking  de la cascada de Godafoss. Que descubrimos tras un obligado y corto paseo de unos 300 m. . Una cascada con mucho encanto, por sus aguas turquesas, su arcoíris y la fácil posibilidad de fotografiarla desde ambas orillas en sus dos alturas.



    

    Al mediodía visitamos una de las pocas ciudades de Islandia  distintas de la capital, Akureyri, con gasolineras, buenos supermercados, y cariñosos semáforos.







   


    Continuamos viaje. Aparte de las ovejas también son muy abundantes los caballos




    Una de las  granjas solitarias en el inmenso paisaje:


     Pausa para comer en una pequeña área  de descanso. Y como es normal servimos de reclamo a otros viajeros que también eligen el mismo sitio.

Seguimos en la N-1. Hacemos otra parada para el café de la tarde en el pueblecito costero de Blonduós, dónde aprovechamos la gratuidad del lavadero de coches de la gasolinera, incluida abundante aguas caliente. A unos 20 km paramos en una llamativa zona de montículos volcánicos, justo en el enclave que tuvo lugar la última ejecución en 1830, en Prístapar. El tamaño de los más grandes no superaba los 5 o 6 metros de altura , por lo que era fácil coronarlos y notar el calor subterráneo al tocar las superficies  de sus  cimas.

 



    Bordeamos el fiordo de Hrútafjördur, y justo en su vertice tomamos la carretera 68, y poco después la 59 para llegar al pueblecito de Budardalur, destino de nuestro próximo alojamiento, en un pequeño hotelito, con buenas vistas a su fiordo. Allí tenemos la oportunidad de fotografiar eider, algunas limícolas, charrán ártico, chorlitos , cormoranes, y sobre todo una familia de ostreros confiados. 




    6 de julio.- Nos dirigimos por la 54 hacia  el sur para explorar el fiordo. carretera de barro para estrenar el último lavado del coche. Bordeamos el pequeño fiordo de Álftafjördur, en cuyas aguas  encontramos abundantes bandos de cisnes.




Tras cruzar un pequeño cañón nos topamos con tres “pajareros” turcos con equipos “pata negra” . Muy simpáticos. Nos indican la proximidad de una pareja de págalos que sobrevuelan repetidamente su zona de anidación. Alucinan al mostrarles algunas de las fotos que hicimos a los frailecillos. Les informamos de su localización. Con efusividad nos abrazan, nos piden el número de móvil y nos hacen fotos con ellos.



Luego fuimos  al pueblo costero de Stykkishólmur. Muy pintoresco por sus casas de variados colores, su puerto con acantilados de basaltos cubiertos de líquenes amarillos y muchos fulmares y gaviotas junto al dique de salida de restos de una fábrica de pescados. Amén de un buen café con riquísimos y grandes dulces, y un muy buen pan.


    Atravesamos hacia la costa sur  de estas península, por carretera 56 y 54, para intentar ver focas. Localizamos alguna dentro del agua, un poco lejos y algunos eiders y falaropos en la orilla. 

    Son llamativos los estrechamientos  forzados en la carretera cada vez que hay  un pequeño puente



        Grandes espacios para acampadas solitarias:

    El único rebaño que vimos no era de ovejas sino de cabras:
 

    Parada para comer en un restaurante con mayoría de personal hispano hablantes, una canaria y  varios latinoamericanos. Nos atendió  Amilcar, de origen cubano y maño por su residencia zaragozana,  quien platicaba muy animado mientras  tomábamos una deliciosa “sopa”, en realidad una crema, acompañada de  rebanadas de rico pan negro de centeno con mantequilla.

    Regresamos por un valle volcánico en la carretera 55, con múltiples  abombamientos  cubiertos de musgos. Posiblemente formados por el empuje de las lavas de una gran caldera volcánica, reventadas al salir a la superficie.


Y pasamos junto a un nuevo fiordo, antes de llegar al mismo hotelito, donde repetiríamos noche:


    7 de julio.- Antes del desayuno nos acercamos a las vecinas orillas para fotografiar  de nuevo a los ostreros, que ahora lucían mejor gracias al sol despejado.





    En poco más  de dos horas llegamos a nuestra última etapa, la capital Reikiavik. Nos alojamos en  The Capital Inn Reykjavik. 

    Visitamos  Hallgrímskirkja, su moderna catedral que se inspira en columnas de basalto y en cuyo acceso nos recibe la imponente escultura del vikingo Leif Erikson, considerado el primer europeo que llegó a América del Norte alrededor del año 1000. Por él, los islandeses presumen de haberse adelantado 500 años a Cristobal Colón.


    De allí fuimos al edificio Harpa , un centro de conciertos y conferencias con un diseño arquitectónico moderno, destacando sus espacios interiores y una gran fachada de cristales. Y muy cerca, junto al mar, la escultura moderna de un barco vikingo en acero llamada Viajero del Sol.







    Aprovechamos para tomar un almuerzo con comida tradicional islandesa, en la que no faltó el salmón y el cordero. En la  sobremesa un  agradable paso por barrios de la ciudad que terminamos en los jardines y lago de Tjörnin.



    8 de julio.- Tras desayunar tempranito tomamos el coche hacia el aeropuerto. Tras llenar el depósito, como es obligado, allí mismo, lo entregamos donde lo contratamos y un microbús nos acerca a la próxima terminal  para tomar el vuelo de regreso. 

Ha sido una maravillosa vuelta a la isla de hielo y fuego por la amabilidad de sus gentes, los paisajes, cascadas, glaciares, pueblos, y hasta aves  asequibles para fotógrafos. Y sobre todo por disfrutarlo en compañía de nuestros amigos Mari Carmen y Jesús. Nos quedan como pretexto para una segunda vez el divisar ballenas y las auroras boreales, amen de otros muchos encantos. Islandia al completo merece  la pena.

F I N
















1 comentario:

  1. Un viaje de ensueño que tuvimos la suerte de hacer realidad junto a vosotros.
    Gracias por contarlo tan bien y hacerme viajar con la memoria.

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